dimecres, 9 de febrer del 2011

DE LA IGNORANCIA Y LA SOBERBIA.

Dice el refranero que la ignorancia es atrevida, porque el ignorante presume de saber, cuando no sabe NADA y por ello desprecia todo lo que ignora, y dentro de su ignorancia actúa con soberbia creyendo que lo sabe todo demostrando una superioridad que no tiene, con un claro desprecio hacia los demás vanagloriándose de sí mismo por unos méritos que no posee, alimentándose de falsos elogios y alabanzas que le nublan la razón.

El soberbio es necio y en su necedad por su ignorancia, arremete contra aquellos que pueden destruir su falsa imagen creada para ser adulada convirtiéndose a su vez en víctima falsa de ilusorios complots instigados por aquellos en los que ve lo que a él le falta.

Y cuando esto ocurre el ignorante se transforma y actúa falto de toda lucidez contra todo y contra todos utilizando como armas, las amenazas, humillaciones y el desprestigio de los que cree en su locura desenfrenada superiores a él.

Y así lo ponen de manifiesto, los ignorantes que en su arrogancia supina, arremeten a viva voz en la calle o en sus escritos contra vecinos, concejales y profesionales

Patentes quedan pues, en esos escritos y afirmaciones, las carencias de dichas personas que presentándose como víctimas no hacen sino demostrar lo que efectivamente son, unos verdaderos leguleyos, zafios y ruines.

La obsesión por el complot y por el sentimiento de victima les lleva a acusar, por sus amplias carencias, a todos sin excepción, de una connivencia que solo existe en su imaginación y que pretenden trasladar como opinión a aquellas personas que no entendiendo de leyes puedan suponer que éstas victimas irreales están padeciendo una grave persecución por la sola condición de pertenecer a un partido, o ideología determinada.

El necio desprecia de forma rastrera la Ley y por ende a todos aquellos que se dedican en su oficio a practicarla y aplicarla. Podrá no estar conforme con el resultado, pero ese inconformismo no le da derecho a menospreciar y humillar a aquellos que por su experiencia y estudios poseen amplios conocimientos de la misma.

Resulta patético que en éste siglo, con grandes avances en las telecomunicaciones, puedan existir personas, que permanezcan ancladas en la idea de una justicia obsoleta y decimonónica. Las que pretenden trasladar el viejo concepto de que jueces, funcionarios y abogados, como representantes de un orden legal, disponen a su antojo sobre la vida y derechos del resto de los ciudadanos.

Hablar de algo que se desconoce no hace sino demostrar el grado de analfabetismo de aquellos que escondiéndose en escritos anónimos berrean hasta desgañitarse creyendo que de esta forma sus escritos llenos de odio van a hacer crecer en ellos, como ciencia infusa, la CULTURA, el SABER y sobretodo la BUENA EDUCACIÓN.

La justicia es mucho más que lo que pretenden transmitir estos patanes, las personas que se dedican a ella, han tenido que dedicar y continuar dedicando años y horas de estudio al servicio de la misma.

Desde aquí, lanzarles un breve consejo, todo aquel que sienta interés por conocer los entresijos de la Ley que estudie y después la practique. Y entonces con algo de conocimiento de causa, hable y exprese sus opiniones y sino es así que calle y deje de engañar, manipular y "marear la perdiz", aceptando las sentencias judiciales aunque no sean favorables a sus oscuros intereses.